Preocuparse por la seguridad y la migración globalmente, es un tema muy controversial, sin embargo, los gobiernos de México y Estados Unidos no se cansan de «tocarnos ese vals», que si el muro servirá para evitar la migración, que si el gobierno de Estados Unidos va a fortalecer su seguridad nacional y bla bla bla…
Pero bueno, centrémonos en el presente y dejemos el contexto. Este jueves y viernes, nuestros queridos «Becario» de Relaciones Exteriores y «El Chong», Miguel Ángel Osorio, secretario de Gobernación, tomarán su jet y viajarán hacia Miami para encabezar la Conferencia sobre Seguridad y Prosperidad en Centroamérica, junto con los secretarios estadounidenses de Estado, Rex Tillerson y de Seguridad Interna, John Kelly, sin dejar de invitar, claro, a los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador.
En este marco, la subsecretaria de relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Socorro Flores, buscará en esta reunión sumar esfuerzos en «beneficio» de la seguridad y desarrollo de Centroamérica… Pero ¿quién nos asegura que aquí está el hoyo negro que tanto hemos buscado para resolver el primer punto, que es un problema el cual sigue creciendo; y el segundo, la posibilidad de que combatiendo la migración, los países despunten en cuestión de desarrollo? (que si bien, deberían definirnos en que aspectos se basan para decir que un país se encuentra desarrollado).
Cabe recordar que el país vecino del norte incrementó la búsqueda para su seguridad nacional desde los «supuestos» ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, fecha que quedó marcada para los norteamericanos y a causa de, reforzaron la vigilancia fronteriza por temor a un nuevo ataque.
Es curioso analizar cómo México y Estados Unidos se la pasan pretendiendo acabar con la migración y creen (como el actual mandatario estadounidense) que con un muro se puede acabar con el problema social, pero no analizan el trasfondo de esto, visto que, los migrantes son víctimas de las «organizaciones criminales», por lo que la migración confronta a Estados Unidos con la postura de México y este último con los países centroamericanos, siendo nuestra República un país de origen, tránsito y destino en la movilidad internacional de personas.
Nos confrontamos con Estados Unidos por su gran imán económico y de oportunidad para sectores de población de bajos ingresos, situación que buscan regularla, contenerla hasta donde sea posible, y trata de frenarla en el punto crítico: la frontera, mientras que México y Centroamérica, necesitan fronteras abiertas como «válvula de escape», debido a sus debilidades estructurales, para amplios sectores de la población, principalmente jóvenes que no tienen empleos en sus lugares de origen.
El deseo humano de buscar un nuevo empleo y medios de vida dignos forma parte de la esencia del nexo entre migración y desarrollo, este último dependiente de la existencia de políticas migratorias internacionales que protejan los derechos de los trabajadores migratorios, porque estos también generan ganancias impulsoras del desarrollo tanto en el país de origen como en el de destino.
Los migrantes no solo son delincuentes, narcotraficantes, ni «transporta-armas», también son trabajadores…
Por Blanca E. Cortés
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