En el Marco del Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ, la Editorial Versonautas y el Centro Cultural José Martí celebraron el X Festival de la VIHda y la diversidad con el primer slam de poesía con temática homoerótica. Foto: Facebook Beata Beatriz

En el Marco del Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ, la Editorial Versonautas y el Centro Cultural José Martí celebraron el X Festival de la VIHda y la diversidad con el primer slam de poesía con temática homoerótica.

Muchas opiniones se han vertido en torno a los ya conocidos, amados y hasta odiados slams de poesía: «Qué no hay calidad literaria, que impera la supremacía blanca, que el machismo es el estandarte de sus exponentes, que el tiempo corta las alas a los poetas, que los gestores culturales se apropian de la palabra en beneficio propio y que el feminismo se ha adjudicado victorias sin ‹merecerlas›», no obstante, este jueves 22 de junio, lejos de todos los dimes y diretes, la Editorial Versonautas organizó el primer evento con temática LGBTTTIQ, que contó con la participación de 17 exponentes y un público que puso en tela de juicio que, a la fecha, sigan imperando sistemas heteropatriarcales superduperultraoccidentales, incluso, en el ámbito artístico; lo que, nuevamente, recordó que los slams poéticos son espacios abiertos al diálogo.

Todo comenzó con la presentación del libro La vida hecha poesía de Beto Ar, quien inauguró la tarde-noche con algunos de sus versos y estrofas que navegaron entre el amor, el desamor y la fuerza de apegarse a la vida; mismos que pueden encontrarse en Editorial Versonautas, dirigida por Diego Medina, Pablo Lael, Helena Hierbabuena y Jesús Crisis.

Más tarde, inició el desfile de los poetas, uno a uno, con sus textos, el nerviosismo, la catarsis y las ganas de querer expresar en sus tres minutos correspondientes, lo que sus ideas les hicieron proyectar en el papel.

Además, el mejor amigo de los escenarios, el pánico escénico, se hizo presente cuando Ofelia, una de las juezas de hierro de esta tarde, comenzó a poner bajas calificaciones, argumentando que hacían falta sentimiento, cadencia, entonación, retórica y ritmo en la manera de recitar los poemas; algo que toda la comunidad eslamera debería agradecerle, pues sus apreciaciones servirán para seguir moldeando y mejorando el sendero del slam en México.

Así, Kashian Sagredo, Jimena González, Shah Mat, Huachi, Jorge Arroyo, Brenda Milián, Beata Beatriz, Viviana Alcohón, Ernesto Salamandra, José Fevo Apolonio, Jesús Sandoval, Andrés Eduardo Cárdenas, Zuleima Huerta, Maiiky Trauma, Diego Solar, Alan Casas y Benjamín Daniel Sánchez se entregaron a la cadencia de los versos en el teatro del Centro Cultural José Martí.

En este primer Queen-Queer Slam Poetry, los finalistas fueron cuatro, Jorge Arroyo, Maiiky Trauma, Alan Casas y Diego Solar, ellos se disputarían la victoria de la noche; sin embargo, una voz «masculina» en el público expresó que a la fecha, incluso en el ámbito cultural, el machismo sigue presente, pues ninguna mujer, lesbiana o quimera estaba en la lista de los finalistas.

A ese sentir, se sumó otro señalamiento desde las butacas: de todos los exponentes del slam, el único que retomó la herencia prehispánica literaria fue Jorge Arroyo, quien no solo utiliza simbolismos precortesianos, sino que experimenta con los difrasismos, figura poética exclusiva de la poesía náhuatl, algo que recordó los años de colonización ideológica que se siguen negando.

La solución a estas conjeturas fue simple, los cuatro se enfrentarían con sus versos y el ganador se debatiría en un duelo a muerte con la participante que obtuvo mayor calificación en la primera ronda. De esa manera, Maiiky Trauma («…luces 3.1416, luces 3:00 am., luces sol sostenido menor, luces ranchera») y Viviana Alcohón («Mi piel es reaccionaria. Ahora le tiene alergia a tu ausencia») volvieron a enfrentarse en el escenario de este primer Queen-Queer Slam Poetry, que dio voz y voto a todos, todas, todes y todxs, resultando ganador: Maiiky con su característica cumbia barrial poética.

Diego Medina, organizador, presentador y editor de Versonautas, comentó los dos motivos principales para realizar este evento: «Primero, reunir público para la presentación del libro de Beto Ar, y aprovechamos la oportunidad para empezar este ciclo de poesía LGBTTTIQ, con el fin de dar visibilidad a esta parte de la comunidad en la escena slamera, no sé si considerarlo activismo, pero lo que sí considero es entrega a la causa LGBTTTIQ».

Con el aullido de la diversidad, culminó otro día de slam poetry en la caótica Ciudad de México, abriendo pauta a nuevos eventos para las comunidades que siguen luchando por sus derechos y resistiendo al tumulto de prejuicios y pensamientos colonizadores que siguen gritando e imponiendo, modos de actuar, de pensar, de sentir y nulas formas «correctas» de hacer [e]Slam.

Eztli Yohualli

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