El «impoluto» Instituto Nacional Electoral (INE) ha determinado que los partidos políticos deben respetar la paridad de género y asegurar la presencia de candidatos indígenas; las mujeres deberán aparecer en el primer lugar de las listas de aspirantes a plurinominales al Senado y los indígenas a la Cámara de Diputados en 12 distritos en los que este grupo es mayoría.

Los partidos se quejaron de la determinación y argumentaron que se da de forma tardía, puesto que ya acordaron la forma en que elegirán internamente a sus gallos.

«No es producto de una decisión del legislador, sino de una interpretación que del tema de paridad se ha hecho en sede jurisdiccional y en sede administrativa», externó Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE.

Pareciera que la medida es genuina, sin embargo no deja de sentirse más como un paliativo que como un remedio a este mal. Lo que estos dos grupos necesitan es que se hagan valer sus derechos desde la inclusión total, la creación de programas y políticas que los pongan en los ojos de los mexicanos y en la opinión pública nacional, que sean respetados y valorados.

Tal vez esto pueda ser uno de los primeros pasos, no obstante la política es mañosa y pueden surgir acuerdos de pantalla: tú das la cara pero actúas bajo mis condiciones.  Porque el hecho de que mujeres e indígenas ostenten cargos públicos no quiere decir que vayan a ser mejores –¿o peores?– que los que pudieran estar en su lugar. ¿Qué tan libres serán para representar de la mejor forma posible?

Estamos a años luz de ser un país incluyente, que presuma su multiculturalidad étnica y cultural, donde se respeten los derechos humanos Los abusos de militares hacia los indígenas, por ejemplo la matanza de Acteal; así como el reciente incremento de feminicidios en  territorio azteca son un botón de muestra.

Más allá de esta decisión del INE –buena o mala, a destiempo o apresurada– valoremos  la situación propia, la realidad cotidiana que enfrentamos y cuestionemos a quienes nos gobiernan. Junio del próximo año se acerca y puede ser una buena primera oportunidad.

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