Espriú se mantiene firme en frenar la construcción del NAIM.   
Espriú se mantiene firme en frenar la construcción del NAIM. Foto: Especial  

Espriú se mantiene firme en frenar la construcción del NAIM.   

Este martes, el Consejo Coordinador Empresarial entregó su dictamen y recomendó a AMLO continuar la construcción del NAIM en Texcoco.

Con el dictamen que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) entregó este martes al equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador, específicamente a Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, la versión de que el Nuevo Aeropuerto Internacional del México (NAIM) siga construyéndose en Texcoco va arrinconando contra la pared al gobierno entrante, que insiste en someter a consulta pública la decisión de si va o no va.

Es decir, aunque los ingenieros civiles, investigadores del IMCO y ahora la iniciativa privada han entregado las investigaciones encargadas por el presidente electo de México; la posición de Espriú, ―y de AMLO, por supuesto― podría interpretarse como una suerte de capricho: «Sí, nos entregaron su investigación y lo resultados dicen que el NAIM es viable en Texcoco, pero de todos modos no lo queremos ahí, ¿cómo la ven?».

Y es que realmente quien será encargado de las comunicaciones y transportes de México no ha ofrecido argumentos contundentes para desechar los posicionamientos de los gremios antes mencionados, salvo el comentario de «presentaron hasta centavos, entonces está medio mal»; mientras que en el caso del dictamen ofrecido por el Instituto Mexicano para la Competitividad únicamente señaló que lo revisarían y que, llegado el momento, darían a conocer su opinión «sobre la opinión del IMCO».

Por supuesto no hay que dejar de mencionar que el mismo Jiménez Espriú también le entregó a López Obrador un dictamen sobre la viabilidad del nuevo aeropuerto, elaborado, dijo, por expertos de la talla de José María Rioboó.

Si bien es cierto que el ambicioso proyecto de construir el nuevo aeropuerto en Texcoco peligra ante el riesgo de corrupción en materia de licitaciones, como lo especificó el instituto antes mencionado, contra argumentar con respuestas epidérmicas o evasivas realmente deja mucho que desear del equipo que asumirá el gobierno de nuestro país, pues deja la rancia impresión que será un sexenio de evasiones y deslinde de responsabilidades, especialmente por la insistencia de que el destino del NAIM sea decidido por el pueblo mexicano.

No nos extrañe entonces que si la población decide, mediante consulta popular o encuestas, como recientemente lo informó el vocero de López Obrador, que sí va el NAIM, en cuanto se llegue a suscitar algún inconveniente en su infraestructura, el colchón emocional ―y el agua para lavarse las manos―de la nueva administración sea: el pueblo lo decidió.