La fiebre de los 100 días de AMLO en el gobierno pasó rápido, pero hay varios apuntes que hacer respecto a los contrapesos.
Contrapeso. m. Cosa que se considera y estima suficiente para equilibrar o moderar otra que prepondera y excede.
En la oposición ―espacio designado por obligatoriedad para aquellos que no ejercen el poder político― no siempre se encuentran personajes o instituciones con las aptitudes y actitudes dignas para hacer frente al presidencialismo y la hegemonía partidista.
Lo anterior, queda expuesto tras el informe de resultados emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador a 100 días de haber asumido el cargo. No se trata de una defensa del discurso oficial, sino de una exposición de quienes deberían fungir como contrapesos, que en su inutilidad solo vuelven a la figura presidencial un ente legítimo, tal y como lo es ahora el tabasqueño.
En primera instancia, el PRI, cuyo líder morral es Miguel Ángel Osorio Chong, recurrió al hidalguense para pronunciar las más «severas» palabras de desaprobación ante las acciones del presidente. Fue a través de un video publicado en redes sociales, en donde un experimentado exsecretario de Gobernación federal, improvisa un discurso en el que no expone datos duros sino una postura titubeante.
Carente de respaldo, Chong se observa sin sobresaltos. Como si lo enunciado no correspondiera a su lenguaje personal. Su monólogo gira en torno a la cantidad de personas que han quedado sin el apoyo a estancias infantiles y a albergues para mujeres violentadas. Entonces, el video carece de fuerza y de reproches, es improbable que alguien comulgue con él y por lo tanto pasa por un regaño sin mayor resonancia.
En el papel de primera oposición se encuentra el PAN, partido que ha ido sorteando las inclemencias de una ciudadanía ciega y carente de crítica. Esta institución no cuenta con líderes morales, sino con Marko Cortés, un dirigente nacional que ha asumido la responsabilidad discursiva pero que lidia constantemente con el infortunio que representa el ser ignorado por la población y ser secundado por un grupo de «sin nombres».
En su incapacidad es posible notar que no hay un proyecto de oposición en el blanquiazul y esto será evidente una vez que la etapa electoral de campañas inicie en Puebla. En su postura ante el informe de 100 días de AMLO, Acción Nacional solo cuestiona, con las mismas preguntas que el más básico análisis político puede tener. Es claro que no apelan a la explicación de malos entendidos con la figura presidencial porque es un hecho que tampoco les beneficia a ellos como personajes e institución que ya ha estado en ambas partes del ejercicio del poder.
De esta forma, a más de 100 días de gobierno morenista, podemos concluir que la oposición, que debería ser contrapeso, no ha sabido lidiar con los niveles de aprobación de Obrador, la cual no es más que la consecuencia de los años de marginación que tanto PRI como PAN ejercieron sobre él.
Por César J.G.
HOY NOVEDADES/LIBRE OPINIÓN
