El agua y la fauna nociva: los principales agresores del edificio histórico
Los riesgos de la Catedral Metropolitana

El agua y la fauna nociva: los principales agresores del edificio histórico

Asegura especialista que el incendio de la catedral de Notre Dame fue un «evento fortuito».

El incendio de la catedral de Notre Drame, en París, hizo pensar a las autoridades religiosas de México en los peligros que los inmuebles histórico-religiosos enfrentan en el país, en especial la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

Para el padre José de Jesús Aguilar, titular de la comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis Primada de México, el que la catedral esté expuesta a las inclemencias del clima ya provoca un fuerte agravante a su arquitectura, sin embargo, son las lluvias quienes causan mayor daño a su infraestructura.

«Si tú llegas, vas a ver unos cables colgando como si fueran tendedero. Este cableado se ha hecho a lo largo de distintas décadas», señaló Aguilar en relación con el sistema eléctrico de la Catedral Metropolitana, el cual asegura no es óptimo para un inmueble con semejante valor histórico.

Otro de los problemas que enfrenta la catedral es la vegetación nociva (raíces principalmente), en las bóvedas, las cuales provocan grietas y filtraciones de agua: «Las autoridades nos dicen “estamos trabajando, hay un proyecto”, pero la realidad es que las cosas no están en la mejor situación».

Pese a las declaraciones del clérigo, el director de Sitios y monumentos de la Secretaría de Cultura, Arturo Balandrano, aseguró que «la Catedral (Metropolitana) es, probablemente, el templo mejor mantenido de todos los del país» y calificó lo ocurrido en París como «un evento fortuito» que pudo haber pasado en cualquier parte del mundo, no obstante, «No es común ver hoy en día este tipo de accidentes en los templos de nuestro país».

Aun con todo el valor histórico y la importancia que la Catedral Metropolitana tiene para toda América Latina, Balandrano recordó que el mantenimiento del inmueble corresponde a la iglesia, por lo que urgió a las autoridades eclesiásticas a generar protocolos de acción y atención ante el desgaste del edificio.

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