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En varias ciudades hay boqueo de avenidas y suspensión parcial de transporte público.

Los manifestantes advierten que el gobierno de Bolsonaro pretende elevar la edad para la jubilación.

El Congreso de Brasil discute la reforma jubilatoria y el recorte al presupuesto destinado a la educación propuestos por el presidente Jair Bolsonaro, lo que ha propiciado el rechazo de un sector de la población y de las centrales sindicales, quienes han manifestado su postura con la primera huelga general en la actual administración.

Afectaciones parciales en el transporte público y bloqueos en las principales avenidas de algunas ciudades brasileñas son las acciones que han efectuado los inconformes; en Sao Paulo, por ejemplo, un grupo de manifestantes interrumpió el tránsito en una de las autopistas con la quema de neumáticos.

Por otro lado, en Río de Janeiro los actos de bloqueo fueron disuadidos por la policía local con gases lacrimógenos; al parecer no hubo personas heridas y la zona pudo ser liberada por los uniformados. Los opositores a la medida que pretende el gobierno de Bolsonaro señalan que quieren «acabar con la jubilación, va a hacer a los trabajadores trabajar hasta su muerte».

En este sentido, hay que acotar que de aprobarse la reforma, la edad de jubilación subirá: los hombres lo harían hasta los 65 años y las mujeres a los 62; además, se aumentarían las contribuciones de los trabajadores.

 

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