Más de 60 mil refugiados alcanzaron la mayoría de edad en Italia desde 2014
Pide ONU continuar con los apoyos a los refugiados, sobre todo cuando estos se enfrentan a nuevas condiciones sociales tras alcanzar la mayoría de edad.
Cerca de 60 mil adolescentes que llegaron a Italia entre 2014 y 2018 han alcanzado la mayoría de edad y se perfilan como adultos bajo el resguardo y apoyo de las máximas potencias de Europa, así lo informaron el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Refugiados y la Organización Internacional para los Migrantes (OIM).
En el informe de las tres organizaciones se destaca la importancia del seguimiento que debe tener la «transición triple» de los refugiados, pues no solo se enfrentarán al cambio de la juventud a la edad adulta, también deberán superar el dolor emocional provocado por el abandono de su país de origen, así como los traumas que pudieron ocasionarles los peligros a los que se enfrentaron en su largas travesías.
De acuerdo a las estimaciones de la ONU fueron cerca de 70 mil los jóvenes migrantes los que llegaron a Italia en los últimos cinco años a través del Mediterráneo, de los cuales más del 90 por ciento ya cumplieron la mayoría de edad y necesitan nuevos apoyos que les permitan mantener la protección que hasta el momento han recibido de las autoridades europeas.
A la Comisión Europea:
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Facilitar la cooperación entre Estados miembros para determinar el interés que beneficie más a de cada niño y aplicar los mecanismos de reagrupación familiar.
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Establecer un sistema que sirva para recopilar datos e información fidedigna sobre los niños refugiados y migrantes no acompañados y separados de sus familias, actuales y anteriores, a fin de reforzar los sistemas de protección.
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Destinar recursos con cargo al próximo Fondo de la Comunidad Europea para el Asilo y la Migración que sirvan para reforzar y ampliar las buenas prácticas identificadas en el presente informe.
Para la coordinadora de migraciones de la UNICEF, Anna Riatti, «La diferencia entre un refugiado o migrante de 17 años que ha huido del conflicto y la violencia y uno de 18 años que ha pasado la misma experiencia traumática es insignificante: un mayor riesgo de sufrir aislamiento social, violencia, abusos y un futuro incierto».
La mayoría de los refugiados (en edad productiva) tienen que afrontar trabas que van desde la discriminación racial, dificultad para encontrar trabajo, falta de asesoramiento legal y trámites burocráticos extremadamente (de manera intencional) largos.
Continuar con los apoyos para los migrantes que alcanzaron la edad adulta obliga a las autoridades a ofrecerles un acceso a la formación escolar y profesional, garantías para contar con una vivienda digna, segura y adecuad, además de permitirles una excelente relación con sus compañeros y sus guardianes (tutores); pero, sobre todo —refiere Lawrence Hart, directora de la oficina de coordinación de la OIM—, reconocer que no solo se trata de reconocer sus «vulnerabilidades», sino de «enfatizar en sus fortalezas, su capacidad para actuar y su resiliencia, así como su potencial».
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