Estados Unidos propone ayudar a México contra el narco

Autoridades extranjeras piden elevar a los narcos de categoría y tratarlos como terroristas.

Como si fueran poco los hechos ocurridos hace un par de semanas en Culiacán, ahora el asesinato de 12 integrantes de una familia mormona a manos de un cártel ha llegado para alimentar más el miedo y la desconfianza entre los ciudadanos.

Por un lado crece el pavor a los altos niveles de inseguridad que se viven en México (en parte disparados desde que Felipe Calderón declaró la guerra contra el narco), mientras que por el otro aumenta la desconfianza hacia las autoridades mexicanas al verse superadas por el narco.

Además, es tanta la violencia que se vive en el país que Donald Trump ya expresó abiertamente su intención de ayudar a México en su lucha contra el crimen organizado, asegurando que la única opción para detener a un ejército (refiriéndose a cualquier cártel) es enfrentarlo con otro ejército, por lo que estaría dispuesto a enviar a sus elementos armados a nuestro país «si México así lo pide».

Más aún, pues tras la matanza de la familia mormona —de ascendencia estadounidense—, autoridades norteamericanas ya han propuesto que se clasifique a los narcos en la categoría de terroristas, para que de esta manera se pueda combatirlos con estrategias y armamento más «serio».

El problema es que, como todos sabemos, el buen vecino del norte nunca hace nada sin que esto le traiga beneficios, y por más que tratemos de evitar el sospechosismo, no sería raro que en caso de elevar a los narcos a terroristas y aceptar la ayuda gringa, esto podría servir como el primer paso para una intervención directa de Estados Unidos a nuestro país.

Claro, no estamos hablando de una intervención directa, con su ejército subyugando al pueblo mexicano, pero sí de una mayor posibilidad de intervenir en decisiones propias de México y, de paso, tener un pretexto para moldear la frontera a su gusto, pues de considerar a nuestro país una cuna de terroristas, ahora sí tendrían motivos para levantar un gran muro.

¿Lo bueno? Nuestro gobierno no estará dispuesto a pedir ayuda externa, pues de hacerlo significaría que la situación se le ha salido de control y, claro, vivimos en un país donde la culpa es del que venía atrás o, más comúnmente, donde lo más fácil es pensar que «podríamos estar peor».

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