La disputa entre insurgentes y el régimen de Bashar al Assad mantiene una «crisis humanitaria» en el país.
Los recientes ataques en Ghuta e Idlib han dejado civiles muertos y, además, al menos tres hospitales han sido dañados por los ataques aéreos.
Los ataques con bombas en Siria han sido señalados por contener gas de cloro, así lo dio a conocer Paulo Pinheiro, presidente de la Comisión de Investigación sobre Siria que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En particular se señalaron los ataques en Ghuta Oriental e Idlib, ambas zonas en poder de los rebeldes. La comisión referida informó que le han legado «múltiples informes» que en estos momentos se encuentran «bajo investigación» para poder determinar si estas versiones son ciertas.
Pinheiro emitió un comunicado oficial en el que condena la violación al Derecho Internacional Humanitario señalando que «estas informaciones son muy preocupantes y convierten en una burla las llamadas zonas de desescalada destinadas a proteger a los civiles de tales bombardeos».
El funcionario internacional refirió que el «bombardeo indiscriminado» y la inanición provocada elevan esta situación a un nivel mayor la «crisis humanitaria», detalló que la ayuda enviada a la zona está siendo rechazada, por lo que pidió liberar el acceso. «Ha llegado el momento de que todas las partes enfrentadas hagan de las vidas de los civiles su principal preocupación».
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