Siempre te esperaré estrena este fin de semana, gracias a Gussi Cinema.
Siempre te esperaré estrena este fin de semana, gracias a Gussi Cinema.

Siempre te esperaré estrena este fin de semana, gracias a Gussi Cinema.

James McAvoy y Alicia Vikander protagonizan esta trepidante historia de amor y espías.

El mundo del espionaje y del amor siempre ha ido de la mano con increíbles historias que, en ocasiones, son divertidas y llenas de acción como en Kingsman: The secret service (2014) u otras más clásicas en donde el “súper agente” se vuelve un tipo frío, calculador, pero a la vez carismático e irresistible quien, además de salvar al mundo, siempre se queda con todas las mujeres, como lo es la saga de James Bond. Sin embargo, existen otras en donde los villanos y las armas con la capacidad de destruir la tierra se dejan de lado para, en su lugar, presentarnos una historia más verídica y con espías más imperfectos por cuanto más reales son; por supuesto, sin dejar de lado una historia de amor que, lejos de ser dulce, resulta melancólica y casi desgarradora. Tal es el caso de la reciente Siempre te esperaré (Submergence), del director Wim Wenders y que en México tiene su estreno este fin de semana, gracias a Gussi Cinema.

La película muestra la historia de James Moore (James McAvoy) y Danielle Flinders (Alicia Vikander), dos desconocidos que, por azar del destino, se enamoran luego de encontrarse en el mismo hotel donde ambos suelen hospedarse una vez al año. Aunque su amor pareciera perfecto en apenas el par de días que tienen de amarse, éste será puesto a prueba, luego de que ella deba sumergirse en lo más profundo del océano para tomar muestras marinas que puedan albergar vida; mientras que él podría estar a punto de morir luego de que sea tomado como prisionero por un grupo de yihadistas.

Esta cinta, como dijimos, no es la típica película de espías, pues está totalmente alejada de la acción y de los grandes y exagerados efectos especiales. En lugar de ello, se centra en una historia más cruda, más común y más real, lo que ocasiona que el espectador pueda empatizar un poco más con los personajes.

Esto se logra cuando nos damos cuenta de que James no es el tipo rudo ni conocedor de miles de técnicas mortales, sino un espía común y corriente, pero, más importante aún, es un hombre capaz de sentir y amar. Por otro lado, Danielle es una exitosa biomatemática, cuya meta es adentrarse en lo más profundo del océano, para lo cual ha puesto cuerpo y alma con tal de prepararse para ello; sin embargo, todo cambiará cuando conozca a su nuevo amante, pues el solo pensamiento de que algo podría salir mal en su expedición y no volver a ver a James la harán flaquear en los momentos más decisivos.

Y aunque todo indica que se tratará de una típica historia de amor, afortunadamente esto no es así, pues la única vez que vemos junta a esta pareja es durante sus momentos en el hotel que, aunque pocos, bastan para darnos a entender que el cariño que se ha generado entre ellos es mucho más grande que el de muchas relaciones. Sin embargo, el verdadero problema de esta película no es una ruptura ni mucho menos un desamor, no; sino que el clímax de la cinta se presenta al momento en que ambos deben separarse para cumplir sus respectivas misiones.

Es aquí cuando la historia presenta su mayor fortaleza, ya que, por un lado, se enfoca en el esfuerzo que Danielle debe hacer para lograr completar su misión, pues mentalmente se vuelve demasiado inestable por el solo hecho de pensar que allí abajo, en lo más profundo del mar, el submarino en el que descenderá podría presentar fallas y provocarle una muerte lenta. Por el otro lado, esta James, quien ha sido capturado y torturado por un grupo yihadista que tiene intenciones de asesinarlo; no obstante, su amor por Danielle es lo único que le permite no sucumbir al quiebre mental al que está expuesto antes de morir.

Lo interesante de esta cinta «de espías» es mirar la manera en que esta pareja debe mantener su amor a flote, aunque no de la manera tradicional en la que el tipo rudo debe salvar a su amada, sino desde un punto de vista más realista en el que ambos deben enfrentarse a situaciones que, aunque ajenas a sus sentimientos, afectan directamente la supervivencia de su relación. A su vez, aunque el filme podría sentirse un poco largo e incluso pesado, debido a su duración y a su ritmo, el final de la cinta tampoco representa un mero cliché, pues el director se toma el atrevimiento de crear una historia en la que la felicidad no siempre es la meta en todos los romances.