El uso de las nuevas tecnologías nos han mostrado una comodidad que hace apenas unos años hubiese parecido imposible, las aplicaciones como uber eats, rappi o postmates han permitido, en el ajetreado ritmo de trabajo, como el de la Ciudad de México y el de diferentes centros urbanos del país, ahorrar valiosísimos minutos de tiempo, ser más productivos en nuestro trabajos o pasar tiempo en familia.

Las nuevas tecnologías han permitido tener una vida más sencilla, no hay duda de eso, pero detrás de estos beneficios, se esconde un enmarañado legal de empresas multinacionales que han traído además de comodidad, la precarización del trabajo.

Es verdad que las personas que están en este tipo de plataformas tienen una opción más de generar dinero, deciden cuándo y en dónde trabajar entre otros «beneficios» de ser un «socio» y no un empleado, pero sinceremos ante la verdad, es un mal trabajo, sin prestaciones, sin responsabilidades por parte de la empresa y sin que den herramientas de trabajo (los socios pagan la mochila y el transporte corre por su cuenta), es un trabajo donde el «socio» es un engranaje más, ¿qué trabajo no es así? se preguntará y ese es el problema real y de fondo: ¿en qué momento los trabajadores dejamos de exigir nuestros derechos?

Esta generación se enfrenta a grandes retos, es la generación mejor preparada y también la que se ha enfrentado al outsourcing, a los contratos flexibles, a la figura de «socios», a la idea de ser dueño de tu tiempo, pero eso sí, sin beneficios, sin prestaciones, sin responsabilidades por parte de las empresas.

Recientemente, Alejandro Solís, director de Rappi en México, anunció una inversión de más de mil millones de dólares por parte de SoftBank para una agresiva expansión de operaciones en México, ¿cuánto de este dinero será en beneficio de los repartidores o rapi tenderos, como lo llama la compañía?, ¿les contratarán seguros?, ¿mejorarán su transporte? Vaya, ¿recibirán una mejor comisión por pedido?, misterio.

No, no es una cacería de brujas, no estoy en contra del avance tecnológico, pero todas y todos deberíamos estar en contra de la precarización del trabajo, estar en contra de una nueva explotación laboral.

#NiUnRepartidorMenos es una lucha justa en México, es el movimiento que vuelve a reivindicar a las y los trabajadores de estas plataformas, porque eso son: trabajadores, por más que el entramado legal los vea como otra figura, son hombres y mujeres que todos los días se parten el lomo para llevar un sustento a casa.

Dicho movimiento está asociado a la red global «Precarious Riders Unite», un movimiento que consiguió beneficios sociales básicos para estos trabajadores en Uruguay, Barcelona y Boloña, por lo que la lucha en México debe ser apoyada,  visibilizada y correspondida, porque, seamos honestos, todos vivimos en una época en la que poco importamos al empleador, somos un número de nómina, siempre a la expectativa de un recorte, sin derecho a enfermar, sin derecho a una pensión para un retiro digno… las cosas deben cambiar.

Cada lucha que es justa, es digna y al ser digna debe ser interés de todas y todos.

Por Iván Estrada T.

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