Francisco Castillo González, juez 16 de lo civil, autorizó embargar los bienes del académico y articulista Sergio Aguayo en caso de que no pague de manera voluntaria 10 millones de pesos al exgobernador de Coahuila y expresidente del PRI, Humberto Moreira, por daño moral.

La demanda surge a raíz del artículo de opinión titulado: Hay que esperar y resulta de mayor escozor para el político la siguiente cita:

«Moreira es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana».

Al parecer, decir la verdad en México cuesta 10 millones de pesos. Hay que recordar que Humberto Moreira tiene en su haber crímenes de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, encubrimiento, cohecho, fraude, peculado, además de haber dejado en su administración un endeudamiento de más 36,000 millones de pesos al estado de Coahuila, eso sin sumar las acusaciones de un presunto líder del cártel de los Zetas llevado a juicio, quien afirmó haber entregado al menos cuatro millones de dólares a exfuncionarios de la administración de Moreira «a cambio de protección y libertad para operar y cometer una serie de delitos en el estado».

El doctor Sergio tiene razón, huele, apesta a corrupción, pero lamentablemente se enfrentó a un personaje que representa lo peor y la decadencia del sistema judicial mexicano, donde no importa ni la libertad de expresión, ni mucho menos tener la razón, importa las influencias, importa la venganza.

Estamos ante un atentado a la libertad de expresión que puede dejar un precedente en el que nada ni nadie cuestione, donde el silencio y el miedo sea la regla.

Malditos aquellos que callan la verdad.

Por: Iván Estrada

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