hombre feminista
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Al escribir estas líneas, miles de mujeres están siendo asesinadas por el hecho de ser mujeres en todo el mundo, tan solo en México nos encontramos ante una situación de barbarie ante la ola feminicida y la pobre actuación gubernamental.

Antes estos lamentables hechos, hombres y mujeres han puesto interés en el feminismo como una lucha justa que alza la voz en contra de estas acciones para reestablecer el daño al tejido social.

Los hombres somos parte del problema, pero también de la solución, y para esto proponemos tres sencillos pasos para entender qué acciones debemos de tomar:

Primer paso; entender que el machismo también nos daña:

Como hombres es necesario asumir que vivimos en una sociedad que ha privilegiado el machismo como orden social y esto también nos afecta.

El machismo hace creer a los hombres que debemos dejar ciertas actividades que nos gustan porque son consideradas «para mujeres», no se nos permite crear vínculos de amistad profundos, nos hace actuar desde el ego y la prepotencia y nos llena de frustración no cumplir con ciertas expectativas que debemos cumplir como hombres; reprimimos nuestras emociones, , limitamos nuestra capacidad de pedir ayuda, generamos inseguridades y escondemos partes de nuestra personalidad por miedo a ser criticados.

El segundo paso es reconocer que el debate es de todos: los hombres podemos apoyar compartiendo con otros hombres sobre la desigualdad que sufren las mujeres como la brecha salarial, los trabajos feminizados o la falta de equidad en la repartición de tareas del hogar.

El tercer paso es entender que los hombres podemos ser aliados, pero no liderar; el protagonismo debe recaer sobre ellas. A nosotros, nos toca reflexionar sobre la desigualdad estructural que subordina, amenaza, discrimina y, en última instancia, asesina a las mujeres.

La lucha es de ellas, nosotros seremos aliados.

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