A pesar del peligro, este fin de semana se realizaron eventos masivos

Pese a que se está a tiempo de prevenir, existen varias empresas que se niegan a aplicar el home office.

Este lunes la Secretaría de Salud informó que los casos de coronavirus en México han aumentado, pues aunque se han descartado 579 de ellos, ya son 82 los confirmados. Afortunadamente tres de ellos se han recuperado y hasta el cierre de esta edición no había ningún fallecido.

Sin embargo, y aunque estas cifras no son «tan» alarmantes todavía, no es momento para confiarse ni para tomarse a la ligera el asunto. Al contrario, estos números deberían servirnos como indicadores para hacernos saber que estamos a tiempo de prevenir una enorme catástrofe.

Por desgracia sabemos que esto no será así y sólo actuaremos cuando la situación sea verdaderamente crítica. Para ejemplo, basta con mirar el reciente fin de semana largo, donde a pesar de las advertencias de las autoridades, la población aprovechó para salir a «vacacionar», al grado de tener a Acapulco con una ocupación hotelera superior al 90 por ciento.

Tampoco hay que ir tan lejos, pues en la capital del país y en Toluca se celebraron el Vive Latino y el Hell & Heaven, respectivamente, donde a pesar de la cancelación de varias bandas ambos eventos siguieron adelante.

Si a esta irresponsabilidad sumamos la, todavía más grande, de varias empresas que, con tal de seguir un modelo obsoleto de trabajo, ven con malos ojos el home office, bien podríamos enfrentarnos a días difíciles.

¿Por qué? Si tomamos en cuenta que la mayoría de trabajadores de la capital son oficinistas, estamos hablando de miles de personas que hacen uso diario del transporte público (un perfecto foco de infección). Claro, sin tomar en cuenta que si alguno de ellos está infectado (aún sin saberlo) pasa ocho horas o más encerrado con sus compañeros (probablemente sanos) en el mismo espacio.

Lo peor de todo será que en el caso de que se llegue a presentar algún caso de coronavirus en alguna oficina, seguramente los patrones no querrán hacerse responsables de los tratamientos que requieran sus «asociados», pues a fin de cuentas dirán que son los riesgos «de ponerse la camiseta».

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