Investigadores se replantean los mitos alrededor de 500 estructuras en 206 sitios arqueológicos en México.

Investigadores se replantean los mitos alrededor de 500 estructuras en 206 sitios arqueológicos en México.

A propósito del equinoccio de primavera, los investigadores Pedro Francisco Sánchez Nava e Iván Šprajc abordaron estos eventos y su relación con la presunta orientación de algunos monumentos arquitectónicos construidos por diversas civilizaciones mesoamericanas.

Cabe recordar que uno de los acontecimientos más esperados del año es el equinoccio de primavera y el mito del «descenso de Kukulcan» por las escalinatas del Castillo en Chichen Itzá, una idea que «resulta difícil de sostener», según ambos especialistas.

«El fenómeno no cambia mucho durante unos días antes y después del equinoccio, y la iluminación más atractiva de la alfarda se produce aproximadamente una hora antes del ocaso solar, por lo que resulta imposible determinar la fecha que los constructores habrían querido conmemorar. Incluso para ellos (los antiguos mayas) habría sido imposible fijar cualquier fecha tan sólo mediante la observación de este fenómeno», refiere Sánchez Nava en su ensayo Diálogos entre la tierra y el cielo: la pirámide y la arqueoastronomía.

El trabajo de ambos investigadores se encuentra plasmado en el libro Un patrimonio universal: las pirámides de México. Cosmovisión, cultura y ciencia, editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Gobierno del Estado de México.

«Si el juego de luz y sombra es resultado de un diseño arquitectónico consciente, solo pudo haber tenido una función simbólica, pero en tal caso —considerando la ya mencionada ausencia de orientaciones equinocciales— resulta más probable que el fenómeno fuera destinado a celebrar los días de cuarto del año, que caen dos días después/antes del equinoccio de primavera/otoño y que, junto con los solsticios, dividen el año en cuatro partes de igual duración (de aproximadamente 91 días)».

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