No es la primera vez ―y tampoco será la última― ocasión en la que el Gobierno federal, el presidente López Obrador para ser más específicos, se lance en contra del sector empresarial o del periodismo que no comulga con sus ideas; no lo apoyan o, peor aún, se atreven a contradecir los sermones pronunciados cada día en punto de las 07:00 horas.
Ya no nos extraña que todos los días salga un miembro de la autoproclamada 4T a contradecir los argumentos de la oposición, alguna nota de la prensa o solo para defender las posturas presidenciales, aunque siguen siendo las palabras del líder de la nación aquellas que provocan mayor número de reacciones.
Fiel a su costumbre, Obrador cuestionó la última portada del semanario Proceso, cuyo encabezado decía: Fase 3, la pesadilla.
Sin ahondar en los detalles al interior de la publicación, el presidente cuestionó (otra vez) la forma de hacer periodismo de la revista fundada por Julio Scherer, quien «se volvería a morir si viera semejante portada», remarcó el tabasqueño.
Es lógico que al jefe del Ejecutivo le desagrade el periodismo que lo ataca sin argumentos, con falacias y trastocando la verdad; pero enfadarse por informar, apunta hacia niveles de intolerancia que se jura cada día desde Palacio Nacional no tienen cabida en esta administración.
A la par de las declaraciones presidenciales, la Secretaría del Trabajo tuvo que dar la cara para evidenciar a las empresas que no están cumpliendo con el distanciamiento social establecido para frenar la ola de contagios por COVID-19. Hasta ahí todo bien, solo que le faltó mencionar a las empresas del dueño de la televisora que hace unas semanas ordenó un ataque frontal contra el Gobierno federal.
Como vemos, la 4T no está en contra de los empresarios y ni de la prensa que piensa diferente a ella; sino contra aquellos que poco le pueden ofrecer a su movimiento, ya sea una cortina de humo, un jugoso acuerdo comercial, un chivo expiatorio o uno de los muchos neoliberales y conservadores que tanto daño le hicieron al país y que tarde o temprano, dependiendo de cuando se necesiten, estarán en la mira presidencial.
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