Latin US
Latin US

La crisis, la paranoia, la violencia, el enojo y la intolerancia que ha provocado la pandemia del coronavirus van en aumento. Para muestra de ello, basta con recordar el lamentable suceso del viernes, donde en el hospital Las Américas, Ecatepec, un grupo de personas irrumpió a la fuerza al no tener informes de sus familiares contagiados de COVID-19.

Una vez dentro encontraron una sala «con más de 20 cadáveres» envueltos en lonas y con nulas medidas sanitarias. Hasta donde se sabe, los cuerpos se trataban de supuestos fallecidos a causa del coronavirus, aunque en palabras de los manifestantes, en realidad eran los restos de personas asesinadas dentro del mismo hospital.

Lo anterior, se debe a que la madre de uno de los pacientes con COVID-19 declaró que su hijo había ingresado al hospital el jueves (al parecer no tan grave de salud), mientras que el viernes ya había fallecido sin que le dieran explicación o informes sobre el deceso. Además, aseguró que al momento de entrar a la sala con los demás cuerpos, el de su familiar «todavía estaba caliente».

Así, comenzaron a esparcirse los rumores del asesinato de los pacientes, a quienes les habrían «inyectado algo», pues según las personas que irrumpieron, «sabemos el COVID no existe, por eso los están matando».

Este suceso ha provocado la crucifixión mediática de los involucrados, pues mientras algunos los tachan de irresponsables e ignorantes (e incluso los estigmatizan por ser de Ecatepec), otros piden empatizar con ellos y comprender «el dolor de una madre que ha perdido a su hijo».

¿Quién tiene la razón? Por un lado, es casi inocente justificar el peligro y la ignorancia de entrar a la fuerza a un hospital con pacientes de COVID-19. Por el otro, también es comprensible la desesperación y la impotencia de no recibir noticias de tu hijo, hermano, padre o madre durante horas (y que de un momento para otro te digan que está muerto).

De igual forma, también es una seria acusación el asegurar que el personal médico es quien está matando a las personas, con lo que al mismo tiempo se niega la existencia del coronavirus. Pero por el otro extremo, también están quienes hacen notar la falta de servicios de tanatología en los hospitales, o bien, cualquier otro tipo de ayuda que auxilie a confrontar este tipo de crisis que, colectivamente, termina en eventos tan catastróficos como éste.

Si a esto sumamos que en redes sociales se pueden leer comentarios donde parecieran alegrarse de la muerte de los pacientes (con textos del tipo «eso les pasa por no respetar la cuarentena» «pero sigan haciendo sus fiestas», etc.) y otros donde se incita a salir a las calles (bajo el argumento de que «de algo nos tenemos que morir» o «todo es una manipulación del gobierno»); entonces ya no hay ni a cuál irle… después de todo, pase lo que pase, se piense lo que se piense o se demuestre lo que se demuestre, nadie va a tener la razón.

HOY NOVEDADES/EN BOGA