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Para evitar más contagios del nuevo coronavirus en China, el país ha decretado que cualquier extranjero que ingrese a él deberá someterse a una prueba anal para detectar si tiene o no COVID-19.

La prueba será obligatoria y se realizará en los aeropuertos de Beijing y Shanghai. The Times UK indica que ni Japón ni los EE. UU. están cómodos con la decisión.

«Nunca estuvimos de acuerdo con este tipo de pruebas y protestamos directamente con el Ministerio de Relaciones Exteriores cuando nos enteramos de que nuestro personal se oponía a ellas», informó el Departamento de Estado de los EE. UU.

Por su parte, Japón comentó que el procedimiento es «indigno» e, incluso, algunos viajeros dijeron haber sufrido «dolor psicológico» por la prueba invasiva.

En el lado contrario, China asegura que la prueba brinda una mayor precisión para saber si se está contagiado o no, pues los rastros del coronavirus permanecen más tiempo en las heces fecales que en la nariz o garganta.

Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo que este procedimiento «va de acuerdo con los cambios en la situación de la pandemia, así como con las leyes y regulaciones pertinentes».

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