Más cae un presidente que un cojo

Renuente a recibir la vacuna, el día de ayer, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió la primera dosis de la inoculación de la marca AstraZeneca.

No obstante que el señor presidente se decía sentir confiado con su sistema inmunológico, al declarar en días pasados que tenía «anticuerpos suficientes», finalmente cedió y, ante las cámaras de su ya tradicional conferencia matutina fue vacunado.

¿Qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión? ¿Acaso ya se convenció de que con herbolaria la COVID-19 puede no desaparecer? Pues resulta que, dijo que siempre sí se vacunaba para poner el ejemplo y hacer un llamado a los adultos mayores.

«Me voy a vacunar porque quiero hacer una convocatoria, un llamamiento, a todos los adultos mayores, los que se están quedando sin aplicarse la vacuna, por alguna preocupación que tengan. Decirles que estamos nosotros seguros de que no hay ningún riesgo, ningún peligro, que no hay reacciones graves».

La escena duró pocos minutos, donde se le preguntó a AMLO si tenía síntomas de coronavirus y también recibió indicaciones post vacunación.

Sea por lo que haya sido, López Obrador, de 67 años de edad, demostró ser un buen ejemplo y al parecer logró disipar el miedo en adultos mayores.

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