PanAm Post

Obrador sabe que su poder y sus principales simpatizantes los tiene entre la gente más necesitada o, en sus propios términos, con los pobres, pues es justamente en ese sector donde cimentó las bases de su popularidad desde que fue jefe de gobierno de la Ciudad de México.

Por eso, no es raro que continúe estigmatizando y criticando a las clases más altas, o como él prefiere llamarlas, los fifís.

Por ejemplo, su crítica más reciente fue contra la clase media al asegurar que son de los principales partidarios del famoso «el que no tranza no avanza», una frase que el mexicano escucha desde la cuna y probablemente lo seguirá haciendo hasta la tumba.

Lo irónico es que apenas se supo que Morena perdió una importante cantidad de diputados, Obrador fue el primero en decir que no se descarta una alianza con el PRI, es decir, con el partido que tanto y tanto criticó de ser el más corrupto.

Y todo, claro, para poder contar con la mayoría de diputados que le permita hacer cambios constitucionales.

Entonces… ¿será que para avanzar sí es necesario tranzar, aunque sea en modo de alianzas?

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