Forbes

Está claro que el poder de Andrés Manuel López Obrador y la de su Cuarta Transformación depende de los pobres, pues fue gracias a dicha clase social que él y Morena consiguieron la presidencia de México.

Después de todo, el mandatario siempre lo ha dicho, «por el bien de todos, primero los pobres».

Por esta razón, es obvio que las clases más privilegiadas, es decir, la clase media y alta, sean vistas por el presidente como dos de sus principales enemigos, pues es allí donde, según él, nace y radica la mayoría de la corrupción que vive México.

En parte tiene razón, ya que si bien es innegable que la corrupción y el vil pensamiento de «el que no tranza no avanza» está presente en todos los estratos sociales y económicos del país, la mayoría de los delitos fiscales, el lavado de dinero, los contratos mal intencionados y toda clase de crímenes similares se cometen, principalmente, en las altas esferas empresariales y políticas.

Sin embargo, el problema de Obrador es encasillar a todos los ciudadanos (fuera de los pobres) en enemigos de su gobierno, pues además de juzgar a la clase media y alta, también ha dicho que las personas con más estudios y con grados de licenciatura y superiores son quienes más atacan a su administración cuando deberían de apoyarla casi incondicionalmente.

En pocas palabras, es como si dijera que quien goza de dinero o de inteligencia es un detractor automático de la 4T por el sólo hecho de pertenecer a una clase social en específico, o de contar con un pensamiento crítico.

Sin embargo, parece que esto ha comenzado a mermar en la aceptación que la gente tiene sobre él, pues apenas en mayo, datos de El Economista indicaron que la aprobación presidencial de Obrador en el décimo trimestre de su mandato está por debajo de la registrada por Carlos Salinas de Gortari, la cual fue del 77 %, también de la de Felipe Calderón que en su momento fue del 65.4 % y la de Vicente Fox del 63.5 %.

Además, su desaprobación creció del 39 % en abril al 43 % en mayo. Sin embargo, todavía tiene el visto bueno de 23 de 32 entidades federativas, por lo que está a tiempo de tratar mejor a la población que aún lo apoya.

Quizá lo vaya entendiendo, pues aunque apenas hace uno días comentó que la clase media es de las principales partidarias de tranzar para avanzar debido a que ahora no cuentan con tantos privilegios que antes sí, hoy ha recapacitado y ha dicho que la culpa de este pensamiento no es de los ciudadanos, sino de los medios de comunicación detractores de la 4T, por lo que deseó la creación de una clase media más humana, solidaria y fraterna para poder ayudar a todos.

HOY NOVEDADES/EN BOGA