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El pasado domingo se revelaron los «Papeles de Pandora», los cuales, son una filtración masiva de registros financieros confidenciales que revelan la manera en que los más ricos del mundo esconden su riqueza de los inspectores fiscales, de los reguladores y del público.

Uno de los afectados más recientes es el presidente ruso Vladimir Putin, pues la investigación arrojó que personas cercanas a él poseen activos provenientes de actividades sospechosas. Sin embargo, el Kremlin calificó de «infundadas» dichas revelaciones.

«Aquí, estamos simplemente ante un caso de acusaciones totalmente sin fundamento (…) Cuando haya publicaciones serias, basadas en cosas o haciendo referencia a cosas serias, entonces las examinaremos con interés», dijo a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Svetlana Krivonogikh, presunta examante de Putin entre el año 1990 y 2000, adquirió en 2003 un apartamento por cuatro millones de dólares (3.4 millones de euros) en Mónaco, a través de cuentas offshore.

De acuerdo con el sitio de investigación ruso Proekt, durante esos años acumuló una fortuna millonaria. Lo anterior le valió al medio ser declarado como «indeseable» por el Kremlin.

De igual manera, otros medios rusos han investigado a las personas cercanas al presidente Putin, por lo que han sido prohibidos o declarados «agentes del extranjero» por el Gobierno, dificultando su labor periodística.

Piotr Kolbin, beneficiario de un montaje offshore que implica al oligarca Guenadi Timchenko, que también es amigo de Vladimir Putin, igualmente salió a colación. Asimismo, el ICIJ también afirma que Konstantin Ernst, director ejecutivo del principal canal de televisión ruso, adquirió un terreno en Moscú a través de una empresa offshore.

Cabe destacar que Ernst fue el organizador de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad rusa de Sochi en febrero de 2014.

Por otro lado, este último confirmó que tiene un vínculo con la empresa offshore Moscow Dvorik, por lo que niega haberlo ocultado.

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