Forbes México

El martes de esta semana se confirmaron 33 mil 626 nuevos casos positivos de la COVID-19, lo que dio un total de 4 millones 170 mil 66 hasta ese momento. La curva epidémica también subió 194 % en dicho día respecto al mismo periodo de la semana previa (del 19 al 25 de diciembre).

El informe de la Secretaría de Salud señaló que la ocupación hospitalaria aumentó en las camas generales a un 23 %, aunque por fortuna las que tienen ventilador se mantuvieron sin cambios con un 14 %.

Y así, a pesar de todas estas cifras, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una postura peligrosamente calmada y serena sin importar que se haya contagiado por segunda ocasión del nuevo coronavirus, como se informó recientemente.

Más grave aún es el hecho de que, ya sea en conferencias matutinas o en reuniones, casi nunca se le ve con cubrebocas, una medida de la que él, siendo el mandatario de México y hasta héroe de la patria para algunos, debería ser el primero en fomentarla tomando en cuenta que, sí, aunque parezca difícil de creer, hay gente que sigue su ejemplo ciegamente.

Ahora, sobre los ejemplos que da, queda ya demostrado que las estampitas de sus santos no sirven de mucho para prevenir un contagio (¡ni mucho menos dos!), sólo las medidas sanitarias correspondientes de las que el presidente nunca ha sido buen predicador.

Por esta razón también debería ser más cuidadoso con los dichos con los que suele tomarse tan a la ligera esta pandemia. Recordemos que fue AMLO quien dijo que «no robar, no traicionar y no mentir ayuda mucho a que no dé coronavirus».

Sabemos que es sólo un dicho pero, de ser cierto… bueno, pues él ya se contagió dos veces. ¿Será que ha faltado a alguna de sus prácticas? De cualquier manera, le deseamos pronta recuperación.

HOY NOVEDADES/EN BOGA