Zetatijuana

Resulta irónico que el ex candidato presidencial que propuso “mocharle” las manos a los ladrones esté acusado, precisamente, de desvío de recursos, por lo que de haber sido electo como presidente de México, hoy, el propio Jaime Rodríguez “El Bronco” tendría que cortarse al menos una de sus manos.

Según las autoridades electorales, al Bronco se le acusa de haber desviado recursos financieros para obtener las firmas necesarias y poder presentarse como candidato independiente a la presidencia en 2018.

Este caso, conocido como las “Broncofirmas”, ya había sido denunciado tiempo atrás por el actual gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien apenas enterarse de la detención de Rodríguez publicó un tuit en el que volvió a repetir que cualquier persona que haya desviado recursos para las campañas electorales “terminará en la cárcel”.

Hasta el miércoles de esta semana, el Bronco se encontraba detenido en el penal 2 de Apodaca, por lo que de ser cierto el delito del que se le acusa, quizá no falte mucho para que se convierte en un visitante permanente de dicho reclusorio.

Caso similar es el de Sandra Cuevas en la Ciudad de México, funcionaria que ya ha sido separada de su cargo como alcaldesa de la Cuauhtémoc y podría tener un destino similar al del norteño.

A ella se le acusa de incurrir en severas faltas administrativas y delitos que van desde entregar dinero a los integrantes de una marcha a su favor hasta secuestrar y golpear a policías.

Estamos ante dos casos en los que los actuales gobernadores de cada zona, es decir, García en Nuevo León y Claudia Sheinbaum en la CDMX, deberán probar que son capaces de llevar a cabo el debido proceso para que, de ser culpables ambos acusados, sean tratados severa pero justamente y su captura y castigo no se vea como meros actos de venganza.

Es un juego de manitas calientes, falta ver si las mochan o las enfrían.

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